viernes, 19 de agosto de 2011

«¡Nos hicieron mierda!»

Normalmente solemos publicar nuestra propia opinión y expresarnos a través de nuestras propias palabras, pero hoy haremos una excepción ya que el articulo que Pedro Zuazua escribe en el periódico regional de La Nueva España resume perfectamente la situación y la opinión de nuestro grupo hacia las personas que dirigen y gobiernan el club y la propia actualidad azul, os reproducimos a continuación el articulo:




«¡Nos hicieron mierda!»

Si Alberto González se mantiene en sus trece, el Oviedo desaparecerá; pero él está muy tranquilo, porque no le va a pillar aquí




PEDRO ZUAZUA Alberto González acudió hace algunos meses a un programa radiofónico para ser entrevistado por periodistas de varios medios. Una vez finalizado el programa, y después de soltar incongruencias y mentiras en antena como si no hubiera un mañana, el máximo accionista del Real Oviedo pronunció una frase lapidaria. Con un café por el medio, y ante la pregunta de uno de los periodistas, que le interrogó sobre si era consciente de que iba a hacer desaparecer al Real Oviedo, contestó: «Sí, pero no me va a pillar aquí».

El principal problema de esa frase no son las intenciones de Alberto González, que puede hacer con su vida lo que le plazca, sino que esa frase quedará inscrita en la lápida del Real Oviedo tras la liquidación del club. Estamos en el mes de agosto y ya hay problemas económicos en la entidad. Alberto González y Ángel Martín Vaca son conscientes de que en noviembre no habrá dinero para pagar nada y, sin embargo, continúan con su huida hacia delante.

Es bastante probable que si alguien que odiase al Real Oviedo se pusiera al frente del club no lo haría peor que el actual consejo de administración. Básicamente, porque es imposible. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza cuando, en el partido de presentación del equipo, no se guarda un minuto de silencio por Tensi, pero sí lo hace el Lugones en su campo. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza cuando vemos que, con cada medida adoptada, el consejo consigue alejar del Tartiere a un nuevo grupo de oviedistas, hartos de ver en qué se ha convertido su equipo del alma. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza de saber que no podremos ver este año a nuestro equipo por la televisión porque no estamos al día con Hacienda y la Seguridad Social. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza y nos desespera que en la tienda oficial no haya camisetas. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza cuando el Real Oviedo recibe un dinero del seguro para compensar el robo de cobre en El Requexón y el dinero recibido no va destinado a recomponer las instalaciones dañadas. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza cuando una pancarta que llama delincuente a nuestro presidente no es un insulto, sino que dice la verdad. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza al ver al frente del club a dos personajes que no saben lo que este equipo representa para miles de personas. A los oviedistas se nos cae la cara de vergüenza cuando alguien quiere colaborar con el club pero se niega a hacerlo mientras el dueño sea el que es. Posiblemente a Hacienda se le caiga también la cara de vergüenza cuando ve que alguien que está condenado por incumplir sus obligaciones fiscales alardea de tener no se sabe cuántos abonos del Real Oviedo.

Seguramente Alberto González y Ángel Martín Vaca no hagan las cosas mal a posta, ni sean malas personas, pero lo que sí que es cierto es que en lo que a gestión de entidades deportivas se refiere son bastante limitados. No dan más de sí. El argumento que siempre usan en su defensa es el de «¿quién puso dos millones de euros cuando había que ponerlos?». Efectivamente, ustedes. Pero, claro, la cosa tiene truco. Visto lo visto, Alberto González lo que tiene lo debe, y así las cosas son bastantes más fáciles. Seguramente muchos de los oviedistas que cada día rezamos para que nos toque el «euromillón» y poder comprar el Real Oviedo no hubiéramos tenido reparos en lanzarnos a una operación de compra del club si tuviéramos los pocos escrúpulos de no pagar nuestros impuestos y de no hacer frente a los pagos obligados. Seguramente muchos de esos oviedistas hubiéramos intentado algo si tuviéramos la confianza de que, por muchas deudas que tengamos, los bancos nunca van a ir a por nosotros y pensáramos que cuando la justicia falla en nuestra contra es que está equivocada. Y, por último, y mucho más importante: seguro que algún empresario se hubiera animado si hubiera sabido la barra libre de dinero que Gabino de Lorenzo iba a servir a Alberto González a cambio de su nefasta gestión.

Alberto González es el máximo exponente de lo que hoy en día indigna a la sociedad. Ha sido condenado por la justicia, algunas de sus empresas no presentan las cuentas y otras, como el Real Oviedo, están en quiebra y pueden salir a subasta próximamente. Y sin embargo, tiene una buena casa, un buen coche y es el máximo accionista de un equipo de fútbol histórico. Personajes como él dejan bien claro que el mundo no funciona bien, y que es imposible que lo haga mientras sigan saliendo impunes de todas sus fechorías. Alberto González es el dueño del Real Oviedo, pero no es oviedista. Y nunca lo será. Hay cosas que el dinero, o el no dinero, no son capaces de comprar. Desconoce el pasado del club, desconoce también el presente y cuanto más conozca del futuro menos durará el club. Dijo que el ciclo de Control Sport estaba acabado. Mintió. Dijo que su decisión dependía de la composición del Gobierno regional y de lo que pasara con La Pixarra. O no lee los periódicos y vive incomunicado, porque ya se saben ambas cosas, o es que no se quiere dar por enterado. En lo que no mintió, porque no lo dijo, fue en que el Real Oviedo tenía un nuevo consejero.

El club intenta repartir pagarés en agosto, ha retrasado ya el pago de la primera nómina y espera que el dinero de la campaña de abonados tape los agujeros más importantes. ¿Y luego? Luego la nada, porque si no se hace algo no habrá nada más. Alguien debería sacar de la cabeza del señor González la idea de que el club vale lo que pagó, o no pagó, porque aquí ya nada es lo que parece, por él. Si se mantiene en sus trece, el Real Oviedo desaparecerá. Pero, claro, él está muy tranquilo, porque no le va a pillar aquí.

P. S.: Este artículo lleva por título una frase muy dura que el locutor argentino Costa Febre repetía y repetía mientras narraba el descenso de River Plate. Lo hacía con pasión, desencajado y casi llorando. Fue citando a muchos de los culpables de esa desgracia deportiva. Está en Youtube, para el que la quiera escuchar. Con un poco de imaginación, y añadiendo los nombres de Alberto González, Gabino de Lorenzo, la Administración regional de Álvarez Areces y alguno que otro más, se podría narrar la historia más reciente de este club. Entre todos ellos «hicieron mierda» al Real Oviedo y entre todos ellos nos «harán mierda» a los oviedistas cuando nuestro equipo deje de existir.